Imagina descubrir a una nueva banda con un sonido que te engancha desde el primer acorde. Letras profundas, una estética cuidada y una vibra tan real que hasta te lleva a stalkear a sus integrantes. Ahora imagina enterarte de que todo… absolutamente todo, fue generado por inteligencia artificial.
Eso fue lo que sucedió con The Velvet Sundown, un grupo que acumuló más de 600 mil oyentes mensuales en Spotify antes de que saliera a la luz su verdadero origen: no hay humanos detrás. Ni músicos, ni productores, ni cantantes. Todo, desde las voces hasta las fotos promocionales, nació de un algoritmo.

Y no hablamos de una simple broma o experimento. The Velvet Sundown tenía (¿tiene?) dos discos, redes sociales activas y una estética tan cuidada que hasta estaban verificados en la plataforma. Todo parecía real, y quizás eso es lo que más inquieta: ¿qué tan fácil es engañar al oído y al corazón en la era de la IA?
La polémica no tardó en explotar. Mientras algunos celebran el ingenio detrás del proyecto, otros —especialmente músicos reales— han levantado la voz contra esta sombra algorítmica que amenaza con desplazar el arte humano. Porque aunque los beats estén perfectamente sincronizados, ¿puede una máquina componer desde el alma?
Deezer, otra plataforma de streaming, ya etiquetó su contenido como “generado por IA”. Spotify, en cambio, guarda silencio. Y mientras tanto, The Velvet Sundown sigue flotando en los ecos digitales que ellos mismos —o sus algoritmos— crearon.
Como diría algún filósofo moderno: el futuro no solo llegó… ya está tocando en tu playlist.
Imágenes: Spotify