Puebla alzó la voz —y la escoba— en una jornada donde la juventud demostró que transformar al país también se hace con brochas, árboles y corazón.
Estudiantes de todo el estado participaron en la Jornada Nacional de Tequios por la Paz y Contra las Adicciones, una iniciativa que se vivió en más de 10 mil puntos del país y que puso en movimiento a más de un millón de jóvenes con una sola misión: recuperar el espacio común y fortalecer el tejido social.
Desde la junta auxiliar San Sebastián de Aparicio, el gobernador Alejandro Armenta y el director del Instituto Mexicano de la Juventud, Abraham Carro Toledo, encabezaron las actividades de limpieza, siembra de árboles y renovación de espacios públicos. El epicentro: el Parque Santuario, que ahora luce más verde y lleno de vida gracias a la comunidad estudiantil del Bachillerato General Emperador Cuauhtémoc.
Pero esto no fue un evento aislado. En Puebla, las faenas comunitarias son una costumbre semanal que ya suma 18 ediciones. Hoy, ese esfuerzo local se conectó con la visión nacional de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha llamado a recuperar las tradiciones de cooperación ancestral como el tequio y la mayordomía para avanzar juntos hacia un país más justo.
“Cuando sembramos un árbol, también sembramos esperanza. Cuando pintamos una barda, también trazamos comunidad”, expresó el gobernador. Porque, en palabras sencillas, el futuro no se construye solo desde el escritorio, sino desde el parque, el patio, la calle.
Esta jornada no solo dejó espacios más limpios: dejó huella en quienes creen que el cambio real empieza con las manos en la tierra y el corazón en el barrio.
