Un viaje de honor que terminó en tragedia: el Cuauhtémoc y su fatídico encuentro con el puente de Brooklyn

Lo que pintaba para ser otro capítulo inolvidable en la gira de buena voluntad del Buque Escuela Cuauhtémoc terminó convirtiéndose en una tragedia que hoy enluta a México.

El velero, símbolo de orgullo naval y formación de generaciones de marinos, impactó la noche del sábado contra la parte inferior del puente de Brooklyn, en Nueva York. Iba con 277 personas a bordo. El accidente dejó al menos dos jóvenes fallecidos y una veintena de heridos.

El momento fue tan impactante como inesperado: los mástiles del Cuauhtémoc —esos que suelen lucirse en ceremonias mientras los cadetes se alzan con el mar como testigo— se estrellaron contra la estructura del puente. Trozos de madera y metal volaron, y algunas personas que iban encaramadas como parte del protocolo ceremonial salieron proyectadas.

Lo más duro vino después. Medios locales confirmaron la identidad de las dos víctimas: América Yamilet Sánchez y Adal Jair Marcos, cadetes de la Escuela Armada de México. Jóvenes con sueños, que habían abordado el buque en el puerto de Acapulco como parte de una travesía que debía ser memorable… pero no así.

Según autoridades, el Cuauhtémoc no debía pasar por ese punto. Una falla en el timón y la pérdida de potencia hicieron que la corriente lo arrastrara por donde no debía. Y cuando eso pasa en medio de un puerto como el de Nueva York, las consecuencias pueden ser devastadoras.

Más de 100 rescatistas y bomberos llegaron al lugar. Las imágenes y los videos se viralizaron de inmediato. Pero más allá del asombro, hay dolor. Porque más allá del uniforme, eran personas, con familia, con historias, con una vida que no debía terminar así.

Hoy, la comunidad naval mexicana está de luto. Y aunque aún se investigan las causas, lo cierto es que la lección duele: no hay trayecto seguro cuando el destino decide cambiar el rumbo.

Fotografía: Ángel Colmenares

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