Cuando el internet habla, el mundo tiembla… o al menos se inquieta un poco.
Bastaron unos cuantos videos en TikTok para que millones creyeran que Annabelle, la muñeca más temida del cine y del ocultismo, se había escapado de su vitrina. Otra vez.
Con música inquietante y advertencias apocalípticas, las publicaciones aseguraban que el objeto maldito había desaparecido del Museo del Ocultismo Warren en Connecticut. La reacción fue inmediata: millones de visualizaciones, cientos de teorías y una ola de memes que le dieron la vuelta a la red.
Pero la realidad es mucho menos siniestra… o al menos más controlada.
“Annabelle nunca ha estado fuera de nuestro control”, afirmó Tony Spera, director de la Sociedad de Nueva Inglaterra para la Investigación Psíquica y yerno de Lorraine Warren. “Solo la llevamos a un recorrido especial, siempre con medidas de seguridad y la presencia de un sacerdote”.
La famosa muñeca de trapo —lejos de su versión cinematográfica de porcelana espeluznante— sigue siendo un imán para los curiosos y fanáticos del terror. Su historia, asociada a fenómenos paranormales desde los años 70, no ha dejado de provocar escalofríos. Y ahora, gracias a TikTok, se ha vuelto viral… de nuevo.
Durante el tour, que llevó a Annabelle a eventos especiales de lo paranormal, los rumores comenzaron a salirse de control. Algunos conectaron su supuesto escape con incendios, fugas de prisión y otros sucesos recientes. Nada confirmado, por supuesto, pero el internet no necesita pruebas, solo una buena historia.
Incluso Dan Rivera, miembro del equipo de custodia, subió un video mostrando a Annabelle en su vitrina, en paz (si es que eso es posible). “Annabelle ha vuelto a casa y está descansando. Por ahora”, dijo con una sonrisa que deja más preguntas que respuestas.
La leyenda continúa, alimentada por redes sociales y una cultura que no ha dejado de preguntarse si, tal vez, la realidad puede ser tan aterradora como la ficción.
Y aunque la muñeca esté “segura”, el mensaje está claro: no la subestimes… ni la muevas de su sitio.
Porque cuando se trata de Annabelle, cualquier cosa puede pasar.
Fotografía: N.E.S.P.R
