Por un instante, el Centro Histórico de Puebla dejó de ser una postal cotidiana para convertirse en una escena salida de un sueño. Con tutús que flotaban como nubes blancas y pasos que acariciaban los adoquines, el Ballet Estatal de Moscú ofreció un regalo inesperado: una presentación al aire libre que hizo vibrar el corazón de la ciudad.
Sin telón ni luces teatrales, los bailarines aparecieron entre los edificios coloniales como fantasmas elegantes de otra época. Acompañados de música grabada y con vestuario completo, interpretaron fragmentos de su icónica obra El lago de los cisnes ante decenas de personas que, con celulares en mano y sonrisas asombradas, se convirtieron en público espontáneo de un espectáculo único.
Esta intervención urbana no solo sorprendió por su calidad artística, sino también por su intención: llevar el ballet fuera de los teatros y acercarlo a nuevos públicos, como parte de la gira por el décimo aniversario de la compañía en México.
Aunque el tour continuará por ciudades como Toluca, Pachuca, Aguascalientes y Querétaro, la parada en Puebla quedará grabada en la memoria de quienes tuvieron la fortuna de ver a la danza conquistar las calles.
Porque por unos minutos, el arte fue de todos.
Y Puebla, con su belleza y su gente, fue el escenario perfecto.
Foto: @moscowstateballet
