“¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!”. Así, con voz firme y el corazón en la mano, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envió un mensaje que cruzó muros y fronteras, desde Puebla hasta Estados Unidos.
En medio de noticias preocupantes que alertan sobre redadas migratorias en Los Ángeles, donde 35 mexicanos fueron detenidos, Sheinbaum hizo un llamado que no suena a diplomacia, sino a humanidad: “No es con redadas ni con violencia como se atenderá el fenómeno migratorio”, dijo. Su propuesta es clara: paz, diálogo y respeto.
La mandataria recordó que detrás de cada historia de migración hay sueños, familia y trabajo duro. “Estados Unidos no sería lo que es sin el esfuerzo de miles de mexicanas y mexicanos que durante años han contribuido a su economía”, expresó. Y lo dijo con razón: muchas ciudades, como Nueva York, han sido moldeadas por las manos de quienes partieron desde estados como Puebla. No por nada, en voz de muchos, la gran manzana también es conocida como Puebla York.
Frente a lo ocurrido, Sheinbaum aseguró que ya se ha activado toda la red consular para brindar apoyo legal y emocional a los detenidos y sus familias. Porque más que una gestión, es una muestra de que México no abandona a los suyos.
Además, extendió un mensaje de bienvenida para quienes, por cualquier razón, decidan regresar: “Aquí los recibimos con los brazos abiertos”.
Sin discursos grandilocuentes ni confrontaciones, desde Puebla se sembró una idea poderosa: que el respeto, la dignidad y la empatía sean los verdaderos puentes entre naciones.
