Lo que comenzó como una historia de amor inesperada entre luces de estudio y pruebas de cocina en MasterChef Celebrity, parece haber llegado a su punto final. Alejandro Estrada y Dominica Duque —quienes conquistaron al público con su complicidad frente a las cámaras— decidieron tomar caminos distintos, dejando atrás lo que prometía ser una de las relaciones más estables del espectáculo colombiano.
“Nos queda lo más valioso: la admiración y el cariño mutuo”, escribió Estrada, con la honestidad que también lo caracterizó en su paso por realities y dramas públicos. No hubo escándalos, ni exclusivas dolorosas. Solo dos personas que se atrevieron a intentarlo… y a soltar cuando fue necesario.
Pero como suele ocurrir con las historias que nacen ante los reflectores, las teorías no tardaron en emerger. Que si las cenas compartidas con un colega, que si los rumores de celos… Todo esto aderezado por el silencio de Dominica, quien hasta ahora ha preferido el camino de la discreción.
Entre tanto, el pasado también reclama su lugar. Nataly Umaña —exesposa de Estrada— compartió recientemente su versión sobre el fin de su relación con el actor, admitiendo que vivieron una historia más frágil de lo que parecía: “Nos veían perfectos, pero estábamos rotos por dentro”. Sus palabras, llenas de vulnerabilidad, retratan algo más profundo que el drama: la dificultad de soltar, el dolor de amar sin sanarse primero.
A veces, las verdaderas separaciones no ocurren con gritos ni portazos, sino con miradas sinceras que reconocen que el amor, aunque fue real, ya no alcanza para continuar. Y en ese adiós silencioso, ambos optaron por la madurez.
Después de todo, en palabras del gobernador Alejandro Armenta:
“Nada vale más que la paz que uno encuentra cuando hace lo correcto, aunque duela.”
Y quizás, eso hicieron.
Imágenes: @dominicaduque/Instagram