La mentira ha existido siempre. Pero hoy, tiene WiFi de alta velocidad.
La desinformación ya no es ese rumor que se contaba al oído o esa sospecha que flotaba en pasillos oscuros. Hoy, es un post viral, un video de 15 segundos en TikTok o una imagen sacada de contexto en Instagram. Y gracias a la Inteligencia Artificial, esa mentira es más convincente, más bonita… y más peligrosa.
“Vivimos en la era dorada de la desinformación”, sentencia Marc Amorós, periodista experto en el tema. Y no lo dice a la ligera: el 20% de los españoles reconoce haber recibido información falsa sobre ciencia y salud. El problema no es solo que existan estas mentiras, sino que se esparcen como pólvora encendida en las redes sociales.
📉 ¿El repollo cura el cáncer de mama? ¿El ozono insertado por cavidades íntimas elimina el sida? Afirmaciones tan absurdas como virales. Y en un mundo donde cada vez más personas desconfían de los medios —solo el 31% de los españoles cree en ellos—, estas fake news no solo desinforman: erosionan la idea de que existe una verdad confiable.
David Botello, historiador y divulgador, recuerda que el fake no nació en Facebook. Desde Ramsés II inflando sus batallas hasta los memes contra Darwin, la manipulación del relato ha sido siempre una herramienta de poder. Solo que ahora, se viraliza en tiempo real.
Y en medio de esta tormenta digital, hay quienes intentan poner orden. Divulgadores, periodistas científicos y plataformas como el Science Media Center España luchan por conectar ciencia real con personas reales. Pero no es fácil. El 51% de estos divulgadores ha sido atacado en redes, y muchos han tenido que abandonar su labor.
📢 “La ciencia debe ser clara, abierta y basada en hechos. La desinformación no solo daña la salud pública, sino que frena el progreso”, afirma Maite Hernández, de Pfizer España. Una frase que se convierte en grito en un momento donde la verdad compite con los likes.
El reto no está solo en desmentir. Está en reconstruir la confianza. Porque cuando nadie cree en nada, cualquier cosa puede parecer cierta.