En Puebla, contestar una llamada desconocida ya no tiene por qué convertirse en una pesadilla. El gobierno estatal ha decidido enfrentar un problema creciente con una herramienta clave: el fortalecimiento del 089, una línea de denuncia anónima que se convierte en un escudo para proteger a las familias de la extorsión telefónica.
Aunque este delito no es nuevo, sus métodos sí han evolucionado. Hoy, con un simple “hola”, los extorsionadores intentan entrar a los hogares. Por eso, la campaña “Si contestas, ponte alerta” busca que las y los poblanos aprendan a identificar y detener estos intentos antes de que se conviertan en daño real.
En el C5i, las llamadas al 089 no solo se escuchan, se atienden con humanidad y estrategia. Claudia Díaz Reyes, jefa de la Unidad 089, lo resume bien:
“Lo primero es tranquilizar a quien llama. Después, lo guiamos para que cuelgue, no dé información personal y, sobre todo, que no transfiera dinero.”
Cada llamada es tratada como lo que es: una emergencia emocional. Los operadores están preparados para contener crisis, canalizar casos a la Fiscalía y acompañar a las víctimas. La prioridad es clara: que nadie se sienta solo ante el miedo.
Además, Puebla refuerza la estrategia con medidas como operativos en penales, creación de una Unidad Estatal Antiextorsión, y convenios con la UIF e IFT para rastrear cuentas y bloquear líneas usadas en delitos.
El gobernador Alejandro Armenta lo dice sin rodeos:
“La seguridad también se construye desde la prevención, con inteligencia y con la participación ciudadana.”
Denunciar salva. Y ahora, gracias al 089, también empodera.