En Huejotzingo, la tierra no solo da frutos: ahora también es motor de arraigo, seguridad y transformación social. Gracias a una inversión estatal de 150 millones de pesos, cientos de productores y familias recibieron maquinaria de vanguardia y apoyos productivos que revolucionarán la forma de trabajar el campo poblano.
Desde tractores y sembradoras hasta drones agrícolas, la tecnología llegó a 27 microrregiones del estado para activar hasta 600 mil hectáreas que habían quedado en el olvido. Pero esto no es solo una apuesta por producir más; es una decisión de cuidar lo que más vale: la vida en comunidad.

“Cuando el campo se abandona, muchas familias caen en la pobreza alimentaria”, expresó el gobernador Alejandro Armenta. “Por eso no solo sembramos, también transformamos lo que cosechamos: café, mezcal, sidra y mole deben convertirse en orgullo poblano y fuente de ingresos dignos”.
El programa también incluye infraestructura comunitaria como caminos, drenaje, tanques de agua y escuelas, donde mujeres organizadas lideran el uso de los recursos. Una fórmula que apuesta por la transparencia, el trabajo colectivo y el empoderamiento de quienes sostienen el hogar y la tierra.
La titular de Agricultura, Ana Laura Altamirano, detalló que en la región ya se entregaron 16 equipos agrícolas completamente gratuitos, así como ganado y fertilizante. Todo con acompañamiento técnico para asegurar su buen uso.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, vicealmirante Francisco Sánchez, subrayó que la seguridad no solo se construye con vigilancia, sino también con oportunidades. “Esto es prevención real: empleo, educación y orgullo por el campo”.
Y es que en Huejotzingo, las comunidades ya ven el cambio. Este año, cinco localidades serán sustentables gracias a la instalación de calentadores solares en todos los hogares, un paso más hacia una vida digna, segura y autónoma desde el corazón rural del estado.
En Puebla, sembrar bienestar ya no es una promesa: es una realidad que florece comunidad por comunidad.