Reforestar con sentido: árboles que dan vida, alimento y futuro en Puebla

En Puebla, la naturaleza no solo se cuida: se abraza como parte de la vida cotidiana. La reforestación se ha transformado en una experiencia comunitaria que mezcla tradición, innovación y esperanza.

La entrega de casi 6 mil árboles frutales y forestales es solo el inicio de un proyecto que busca mucho más que reverdecer los paisajes: se trata de fortalecer la economía familiar, generar salud con alimentos naturales y devolverle a cada comunidad el valor de sus recursos endémicos.

Nogales en las faldas del Iztaccíhuatl, aguacates en tierras altas, limones y higos en regiones fértiles: cada especie fue pensada para adaptarse a su entorno, para crecer fuerte y ofrecer frutos que beneficien directamente a las y los poblanos.

“De nada sirve sembrar millones de árboles si no los cuidamos”, recordó el gobernador Alejandro Armenta, subrayando la importancia de una reforestación responsable y consciente.

El proyecto también fortalece viveros forestales, clave para asegurar la producción sostenible a largo plazo, y contempla el saneamiento de espacios naturales como el lago de Valsequillo. Porque restaurar un bosque no es solo plantar: es generar un legado para las generaciones futuras, un acto de amor hacia la tierra y hacia Puebla.

Hoy, la reforestación se vive como un puente entre la memoria y el futuro: árboles que nacen hoy serán sombra, alimento y vida para quienes vienen mañana.

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