Para Christian Nodal, componer música no es un lujo ni una estrategia de marketing: es una necesidad vital. En una época donde la fama parece pesar más que el arte, el cantante sonorense ha encontrado en la música su espacio más íntimo y terapéutico.
“Para mí, hacer canciones es como ir a terapia. Es cuando siento que algo dentro de mí necesita salir, pero no con palabras, sino con melodía”, confiesa.
Su nuevo álbum, ¿Quién + como yo?, no solo es una vuelta al mariachi, sino también una vuelta a sí mismo. Es un disco donde, entre cuerdas, trompetas y confesiones, Nodal deja ver su evolución personal y emocional. No busca el hit del verano, busca sanar.
Aunque a veces pasa semanas sin escribir una sola línea, nunca deja de sentir. En su estudio casero, guitarra en mano, convierte sus días comunes en poesía, y sus emociones crudas en canciones que conectan.
“Compongo porque mi alma lo necesita. El dinero es una propina”, afirma con la claridad de quien sabe que el arte verdadero no se fuerza, se siente.
En tiempos de pistas electrónicas y letras prefabricadas, Nodal prefiere el cuaderno, la tinta, la versión analógica del corazón. Porque para él, lo importante no es sonar perfecto, sino sonar real.
Más allá del escenario, más allá del apellido, Christian Nodal demuestra que la música, cuando nace del alma, tiene el poder de curar.
Fotografía: Agencia México
