Lo que debía ser un vuelo rutinario con destino a Miami se convirtió en una escena digna de película en el Aeropuerto Internacional de Denver. Pasajeros de American Airlines vivieron minutos de tensión y adrenalina luego de que una falla mecánica provocara un incendio justo antes del despegue.
Era sábado por la tarde cuando el vuelo AA3023, operado por un Boeing 737 Max 8, se alineaba en la pista 34L. En segundos, el humo comenzó a surgir desde uno de los neumáticos, seguido por llamas que obligaron a la tripulación a ejecutar una evacuación de emergencia. Las puertas se abrieron, los toboganes se desplegaron y más de 170 pasajeros descendieron por las alas del avión entre el humo y la sorpresa.
📹 Imágenes compartidas en redes sociales muestran a los viajeros deslizándose rápidamente mientras el personal de emergencia rodeaba la aeronave. Un pasajero fue trasladado al hospital con una lesión menor y otros cinco fueron atendidos en el lugar, sin mayores consecuencias.
La Administración Federal de Aviación (FAA) indicó que todo apunta a un fallo en el tren de aterrizaje. American Airlines confirmó que el avión fue retirado de servicio para ser inspeccionado por su equipo técnico. “La seguridad es nuestra prioridad y todos los clientes fueron evacuados sin mayores incidentes”, señaló la aerolínea.
El aeropuerto de Denver interrumpió operaciones por casi una hora, generando retrasos en varios vuelos. Los pasajeros afectados pudieron retomar su viaje en una aeronave de reemplazo ese mismo día.
Este no es el primer sobresalto reciente para la aerolínea. En junio, otro vuelo de American Airlines con rumbo a Carolina del Norte regresó de emergencia a Las Vegas tras emitir chispas y humo desde una turbina. A pesar del susto, no hubo heridos y la aeronave aterrizó sin contratiempos.
🔧 Aunque en ambos casos la evacuación fue eficaz y los protocolos funcionaron, los eventos han vuelto a poner sobre la mesa la importancia del mantenimiento preventivo y la reacción inmediata de las tripulaciones ante situaciones críticas.
Lo que está claro es que para los 173 pasajeros de ese vuelo, el despegue que no fue quedará marcado como una historia que contar… por mucho tiempo.