Lo que antes parecía lejano, hoy es realidad. En un encuentro lleno de esperanza y compromiso ciudadano, habitantes de Teziutlán y Tlatlauquitepec recibieron directamente recursos por 30 millones de pesos del programa de Obra Comunitaria, destinados a proyectos que cambiarán su día a día desde lo más básico: agua, caminos, seguridad y bienestar.
Sin intermediarios, sin burocracia y con la comunidad como protagonista, los apoyos fueron entregados a 151 proyectos elegidos por las propias personas beneficiarias. Desde calles que pronto serán pavimentadas hasta sistemas de captación de agua que permitirán enfrentar el calor, la transformación arranca desde lo local y desde abajo.

“El recurso ya está en manos del pueblo, porque cuando el dinero llega sin filtros, las obras se convierten en soluciones reales”, expresó el gobernador Alejandro Armenta, quien encabezó el acto frente a cientos de pobladores reunidos en la Central de Abastos de Teziutlán.
En este modelo participativo, las mujeres tienen un papel clave: como tesoreras elegidas en asamblea, ellas son quienes resguardan y administran los recursos. “Las mujeres son ejemplo de honestidad, claridad y compromiso con su gente”, se destacó durante la entrega.
Los testimonios hablan por sí mismos. Guadalupe Suzana, habitante de Hueytamalco, celebró que con el apoyo podrán construir una caja de captación de agua potable. Gabriela Condado, de San Juan Acateno, explicó que pavimentar la calle 24 de febrero facilitará la movilidad y mejorará la vida de toda la comunidad.
Con este esfuerzo, Puebla da una muestra clara de que el desarrollo se construye con manos ciudadanas, transparencia y visión comunitaria. Y como lo dijo el gobernador Armenta:
“El poder sólo se vuelve virtud cuando se pone al servicio de los demás”.
Porque en Puebla, el bienestar no se promete… se construye juntos.