Tecnología, coordinación y vigilancia permanente son las claves con las que Puebla ha escalado al primer lugar nacional en combate al robo de hidrocarburos. Esta semana, en un operativo conjunto en San Matías Tlalancaleca, se detectó y aseguró una nueva toma clandestina del ducto Cactus–Guadalajara, que transporta gas LP desde el sureste del país.
El hallazgo fue posible gracias al patrullaje mixto —a pie, en vehículos y con monitoreo satelital— de elementos del Ejército Mexicano, Guardia Nacional, Seguridad Física de Pemex y fuerzas policiales estatales y municipales. En cuanto se identificó la anomalía en la presión del ducto, el protocolo se activó de inmediato.
“El compromiso es claro: cuidar el patrimonio energético de la nación y garantizar que Puebla siga siendo ejemplo de resultados”, afirmó el gobernador Alejandro Armenta, al resaltar que el ducto de 150 km que cruza la entidad permanece bajo vigilancia constante.
Los datos son contundentes: de enero a la fecha, en Puebla se han asegurado 272 tomas clandestinas, de las cuales 230 corresponden a gas LP. Además, se han incautado 28 pipas utilizadas para transportar el combustible de forma ilegal. Entre los municipios con mayor número de incidentes se encuentran San Matías Tlalancaleca, San Martín Texmelucan, Amozoc y Huejotzingo.
El capitán segundo de caballería, Tomás Martín Matus, de la 25 Zona Militar, explicó que los recorridos terrestres son clave para ubicar estos puntos de extracción, los cuales se sellan de forma segura para evitar explosiones o daños a la población.
Esta estrategia de vigilancia energética no solo protege los recursos del país, sino que refuerza la seguridad y tranquilidad en las comunidades poblanas. La ciudadanía también tiene un rol crucial: las autoridades invitan a reportar cualquier actividad sospechosa cerca de ductos o zonas rurales a los números de emergencia.
Porque cada denuncia suma y cada acción cuenta, Puebla mantiene el paso firme contra el robo de combustible.
