En Puebla, subir a una unidad de transporte no debería ser una apuesta al azar. Por eso, el Gobierno del Estado ha decidido retomar el control de las calles, con un objetivo claro: garantizar que cada unidad que circula lo haga bajo reglas claras, en condiciones óptimas y con conductores capacitados.
Con la Revista Vehicular 2025 en marcha —un ejercicio que llevaba más de una década sin realizarse— ya se han verificado más de 5 mil unidades en siete municipios, la mitad de ellas en la capital. Este operativo representa más que una revisión mecánica: es un compromiso con la seguridad vial, con la legalidad y, sobre todo, con la ciudadanía que todos los días confía su vida al transporte público.
“Lo que estamos haciendo es poner orden con apego a la ley, protegiendo a la población. Seguridad en el transporte y que no se utilice para distribución de sustancias prohibidas”, afirmó el gobernador Alejandro Armenta.

Además, Puebla se prepara para una nueva etapa en la expedición de licencias, con la instalación de 30 simuladores de manejo en módulos y Centros Integrales de Servicios. A partir del 11 de agosto se iniciarán pruebas piloto del examen práctico, que será obligatorio desde el 25 del mismo mes. La idea es simple: un conductor capacitado es un conductor más seguro.
También se avanza con el Programa del Casco, enfocado en motociclistas, que incluirá un distintivo de seguridad personalizado y nuevas licencias emitidas por la Secretaría de Planeación y Finanzas. Esta estrategia conjunta busca reducir riesgos en uno de los medios de transporte más vulnerables.
Poner orden no es tarea fácil, pero Puebla da pasos firmes para que la movilidad sea sinónimo de seguridad, transparencia y legalidad. Porque el transporte no debe ser territorio de la omisión ni del caos, sino una red que conecte vidas, sin riesgos y sin trampas.