En Puebla, la búsqueda de personas desaparecidas ha dejado de ser solo un procedimiento institucional: hoy se vive como un compromiso compartido, donde el dolor y la esperanza de las madres buscadoras encuentran acompañamiento y escucha.
En apenas 256 días, se han realizado 4 encuentros con colectivos, donde la presencia y la voz de las familias se han colocado al centro de las decisiones. La Comisión de Búsqueda, encabezada por Juan Enrique Rivera Reyes, ha convertido cada reunión en un espacio de diálogo, estrategias conjuntas y resultados tangibles.
Los números reflejan la magnitud del esfuerzo: desde diciembre de 2024 se registraron 427 reportes de personas desaparecidas; 371 ya fueron localizadas, 73 de ellas después de años de ausencia. El trabajo no ha sido menor: más de mil 300 acciones en campo y más de 10 mil 800 de gabinete, en coordinación con fiscalías estatales y federales.

Pero más allá de las cifras, lo que resalta es el rostro humano detrás de cada búsqueda. La capacitación constante del personal, la apertura de canales de comunicación con los colectivos y la creación de espacios de atención para mujeres y familias son muestra de que la sensibilidad también se traduce en acciones.
Colectivos como “Voz de los Desaparecidos” han subrayado la importancia de mantener el profesionalismo y la continuidad en cada procedimiento. “La esperanza no basta sin resultados concretos”, expresaron. Y es justamente ahí donde se marca la diferencia: en transformar la voluntad en acompañamiento real.
Cada búsqueda es un recordatorio de que nadie debería desaparecer sin dejar rastro, y que la memoria y el amor de una madre son fuerzas que no se detienen. En Puebla, esas voces encuentran eco y respaldo para seguir caminando juntas en la ruta de la verdad y la justicia.
