Bajo el sol brillante y entre manos llenas de tierra, más de 3 mil productores poblanos recibieron no solo insumos, sino una promesa cumplida: sembrar esperanza y cosechar bienestar. En uno de los actos más significativos para el agro en Puebla, arrancó el programa estatal más trascendental en apoyo al campo, con una inversión de más de 21 millones de pesos.
El programa incluye la entrega de semillas de sorgo de alta calidad y 2,685 paquetes tecnológicos, compuestos por fertilizantes, mejoradores de suelo y productos biológicos que promueven prácticas más sostenibles. Beneficiará directamente a quienes cultivan la tierra en municipios como Huaquechula, Atzitzihuacan, Tochimilco, Cohuecan, Acteopan, Tlapanalá y Tepemaxalco.
Pero más allá de los números, lo que germina aquí es un nuevo modelo de atención al campo: cercano, efectivo y humano.
“Hoy sembramos futuro con acciones reales. El campo no puede esperar, y en Puebla no lo dejamos atrás”, expresó el gobernador Alejandro Armenta, al entregar los apoyos en Huaquechula, una zona reconocida por su producción de sorgo y cacahuate.
La estrategia, coordinada por la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural estatal, busca devolverle al campo lo que por años le fue negado: atención directa y herramientas para producir con calidad, cuidando al medio ambiente y fortaleciendo la soberanía alimentaria de la región.
Para Lorenzo Pliego, productor mezcalero de Tlapanalá, este programa no solo significa recibir mejores semillas, sino un impulso a su comunidad: “Estamos mejorando lo que cultivamos, pero también cómo vivimos. Esto nos ayuda a crecer”.
El mensaje es claro: Puebla está apostando por su tierra y por quienes la trabajan. Y este esfuerzo, más que una política, se siente como una promesa sembrada con raíces profundas.
