Puebla está apostando por un modelo de desarrollo que abraza la naturaleza, la ciencia y la comunidad. La visión: construir tres Eco Parques que regeneren el entorno, fortalezcan el turismo ecológico y conecten a las personas con sus volcanes, su cielo y su historia.
Los proyectos se desarrollarán en tres puntos emblemáticos del estado: la Malinche, el Izta-Popo y la Sierra Negra. Lejos de ser una obra más, se trata de una propuesta que nace desde una lógica distinta: una que escucha al territorio, respeta a las comunidades y piensa en las siguientes generaciones.
“En Puebla no hay emperadores ni virreyes, se trabaja con el pueblo”, declaró el gobernador Alejandro Armenta, quien ha presentado estos Eco Parques como una respuesta directa a la necesidad de generar espacios donde el desarrollo no compita con la conservación, sino que convivan.
Uno de los ejes centrales del proyecto será la Sierra Negra, hogar del Gran Telescopio Milimétrico, una joya de la ciencia astronómica en América Latina. En esta zona se contempla la creación de un corredor de turismo científico, con caminos adecuados, un museo interactivo y una experiencia única para quienes buscan conocer el universo desde Puebla.
Por su parte, la Malinche será sede del primer polígono de 60 hectáreas, un espacio verde que unirá deporte, ciencia, tradición y educación ambiental. Todo esto bajo estrictos marcos legales, con respeto absoluto por los derechos de las comunidades y la normatividad ambiental vigente.
Los Eco Parques no solo apuestan por la belleza natural de Puebla, también plantean una nueva narrativa para la infraestructura pública: sin deuda, sin intereses ocultos, sin proyectos faraónicos y con profunda raíz social.
Este modelo podría marcar un precedente en todo el país: hacer futuro sin dañar el presente.
