Escuchar siempre la misma canción para trabajar, estudiar o concentrarse podría ser más que una costumbre peculiar… podría ser una herramienta cerebral.
Según nuevos estudios y especialistas en neurociencia, como Friederike Fabritius, el cerebro puede ser entrenado para entrar rápidamente en modo enfoque con solo oír los primeros acordes de una melodía conocida. Es como crear un “ritual sonoro” que actúa como botón de inicio para la concentración.
Fabritius, autora de The Brain-Friendly Workplace, cuenta que inicia sus días con las “Variaciones Goldberg” de Bach, y asegura que su mente ya asocia esas notas con productividad total. ¿La clave? Repetición, constancia y una conexión emocional con la música.
🎶 Así que si tienes una canción que amas y te ayuda a concentrarte, ¡dale play una y otra vez! Podrías estar creando tu propia clave musical hacia la productividad.
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