Un abrazo que reescribe tradiciones en San Pedro

En medio de la solemnidad que siempre precede a las grandes ceremonias vaticanas, un gesto sencillo capturó todas las miradas: tras la misa inaugural en la basílica de San Pedro, el recién nombrado papa León XIV se detuvo para estrechar a su hermano mayor, Louis “Lou” Prevost.

Aunque ahora porta la tiara como máximo líder de la Iglesia católica, para Lou, de 73 años, sigue siendo “su hermanito”. El abrazo tuvo el calor de la familia y la frescura de lo inesperado en un escenario donde cada movimiento suele estar ensayado al milímetro.

“Somos hermanos antes que nada”, susurró León XIV en un momento de cercanía que rompió con la rigidez del protocolo. Algunos cardenales esbozaron una sonrisa al atestiguar la escena, mientras los fieles, sorprendidos y conmovidos, levantaban sus teléfonos para inmortalizar el instante.

Con ese abrazo, el papa mostró que, más allá de los cargos y las vestiduras, la humanidad también es parte esencial de su misión. San Pedro se llenó de un calor distinto: el de dos hermanos reencontrándose en el corazón de la iglesia más antigua del mundo.

Fotografía: Vatican News

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