Una comunidad organizada es una comunidad más segura. Con la entrega de 100 sistemas de alertamiento en la junta auxiliar de San Baltazar Campeche, los Comités de Paz y Seguridad se han convertido en el nuevo corazón vigilante del sur de la ciudad.
Las alarmas vecinales no solo son botones o cámaras; son el símbolo de un tejido social que se fortalece desde abajo, donde cada persona cuenta y cada voz importa. En 20 colonias que por años vivieron con la sensación de estar olvidadas, ahora se activan protocolos en tiempo real con una simple señal.

La vecina Lourdes Sánchez Flores, presidenta del Comité de Paz, lo resume así: “Esta no es solo una alarma, es la certeza de que no estamos solas ni solos”. En barrios como La Joya, Xilotzingo o Loma Bella, las historias se repiten: familias que vuelven a caminar con tranquilidad, hijas que viajan más seguras al trabajo, personas mayores que por fin sienten respaldo al abrir la puerta.
El sistema cuenta con cámaras de videovigilancia conectadas directamente al C5 y dispositivos “body cam” para los elementos de seguridad. Es decir, cuando una alarma se activa, una patrulla es enviada al instante y el monitoreo comienza en tiempo real. Esta tecnología no solo protege a la ciudadanía, también garantiza transparencia en la actuación policial.
En palabras del gobernador Alejandro Armenta: “Vamos a ser una red de protección ciudadana para cuidarnos entre todas y todos”.
Más allá de botones y patrullas, lo que San Baltazar Campeche está demostrando es que la paz comienza en casa, en la cuadra, en el saludo entre vecinos. Una comunidad que se cuida, se transforma.